No importa nada si esa distancia son centímetros como si son
miles de kilometros. Cada milímetro más lejos de él, es como una prisión. Y es
aún peor cuando sabes que nunca la podrás vencer. Nunca sabrás como es su piel,
su olor, cómo suena su voz, el tacto de su pelo...Pero es posible que sepas más
de él que ningún otra persona, sabes como se siente y qué hacer para sacarle
una sonrisa, aunque tú no puedas vérsela cuando lo hagas. Y eso, quizás tú no
lo sepas, pero a veces vale más que cualquiera de sus amigos que esté a su lado
dándole un palmadita en la espalda.
No lo olvides.
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