jueves, 1 de noviembre de 2012

Pisa fuerte que todo lo que rompas lo pago yo.


Adiós


Si no te gusta, aire

Puede que un día tenga mil sonrisas para repartir, y otro en cambio no tenga ganas de nada. Quiero a muchas personas, y odio a otras tantas. Para unos seré una buena amiga, y otros no me querran ni ver. Tengo muchas cosas buenas, pero también muchas malas. Me gusta contarle mis secretos a la gente en la que confío y que esa gente confié en mi. Me gusta picar, pero no que me piquen. Me gusta reír y hacer reír. Me gustan los pequeños detalles y los grandes momentos. Me gusta recordar viejos momentos. Me gusta actuar sin pensar en las consecuencias. Me gusta saltarme las reglas y no seguir una misma rutina. Me gusta aprender de mis errores, que no son pocos. A veces puedo ser muy tímida, otras en cambio puedo ser la mas lanzada. Odio los lunes y me encantan los sábados. Tengo muy poca confianza en mi misma y demasiada en los demás. Puedo ser tan encantadora por las mañanas, como por las tardes, pero depende del pie con el que me levante cada mañana. Para mi es blanco o negro, el gris no existe. O me da igual o todo me afecta. Hago lo que quiero y cuando quiero. Tengo por costumbre soñar despierta todas las noches. Soy de las que piensa que los sábados son para divertirse y disfrutar, y que los domingos son para los arrepentimientos. Soy de las que prefiere un beso sincero que mil "te quiero" fingidos. Soy muy orgullosa y me callo muchas cosas que me gustaría decir. Odio que me hagan callar. Me encanta hacer locuras. Me tengo que caer 100 veces,si no no aprendo. Llego el día en el que me di cuenta de que la vida está para reírse de ella, y no con ella...
El tiempo me ha demostrado que las cosas buenas llegan en cualquier momento.

Ponte metas altas, el límite está en el cielo

Y sí, llegó el día en el que me di cuenta de que la vida está para reírte de ella y no con ella, que si te caes, sólo tienes que levantarte, que la vida es alegrarte los viernes y joderte los lunes, es dar cariño al que te lo da, y no fallar nunca a los que no te han fallado. Es disfrutar de cada segundo como si fuera el último. Es salir un sábado y estar sin pasta un domingo, tener las cosas claras y decidirte en el último momento, jugar con fuego y quemarte, hacer estupideces sin parar pero que no te importe lo que pienses los demás, ponerte guapa para el amor de tu vida y después pasar de él, abrazarte a quien te abrace y a quien no quieras, que no te abrace y punto, porque sentir dolor es inevitable, pero sufrir es opcional.


Un día sin risas es un día perdido