lunes, 30 de enero de 2012

Ella.


Esa persona con la que he compartido pocos momentos pero han significado demasiado, esos pequeños detalles que tiene cada día que me sacan una sonrisa cuando solo ella puede, esa persona que me hace feliz con sólo un abrazo o un beso, que han pasado demasiadas cosas desde que nos conocemos, pero que me ha demostrado que va a estar ahí pase lo que pase, que cuando me dice un simple “te quiero” sé que lo dice de verdad, que me iría con ella hasta el fin del mundo, porque sin ella nada sería igual. Siempre pensamos en nuestro futuro perfecto, pero sólo es perfecto si estoy con ella. Sólo sería capaz de hacer cualquier cosa por ella, por verla, por hacerla feliz, porque sonría, porque son pequeños momentos que día a día se hacen grandes. Conocemos a gente de toda la vida, pero un día sin más aparece ese “alguien” que nos descoloca y nos cambia por completo, que aunque le conozcamos de apenas unos simples meses, se convierte en la persona más importante de tu vida y te das cuenta de que si no estuviera a tu lado, apoyándote, levantándote en cada caída, ayudándote en absolutamente TODO, no serías la misma persona.
 En pocas personas llegamos a confiar ciegamente, pero yo sé que en ella lo hago, que si ella dice blanco, es porque es así y punto, no hay más vueltas. 
Gracias por todo lo que has hecho por mí, por estar ahí cada vez que lo he necesitado, por sacarme una sonrisa cuando más lo necesitaba o por ese beso que me das que haces que me tranquilice y me olvide de todo.
 Día a día, te vas dando cuenta de las personas que están a tu lado y que no deberías dejar de lado jamás, porque si decimos siempre es siempre, aunque los demás digan lo contrario. 
Cuando estoy contigo sólo tengo ganas de reír, de llorar, de saltar, de gritar, me das esa fuerza que necesito de pensar que te tengo en mi vida y que estás ahí conmigo. Gracias, mil gracias por todo de verdad, ahora que te tengo no sé qué haría sin ti. Nunca lo olvides, pase lo que pase, te quiero infinito y más. 

1 comentario: