Que me contagies sonrisas
con solo mirarte mientras nos acercamos más y más. Repasar con mis labios cada
una de tus venas, sin excepciones. Hundir mis manos en tu pelo y encapricharme
con tu oreja. Mordisquearte el labio entre palabras y silencios mientras inhalo
tu aroma. Voy a pedirte como mi nueva medicina. Aunque, entre tú y yo, lo
calificaría más bien como mi droga personal. Debes ser ilegal, pues los efectos
que provocas en mí son completamente surrealistas. No sales de mi mente, eres
mi vicio permanente.
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